Tanto lloraba que todos acudieron. Hasta el jardinero J, que la consoló y la cogió.
Desde entonces, el jardinero la acompaña y dejan los puntitos de adorno al ratón de la princesa para que juegue.
Con este blog lo que pretendo es abrir una ventanita para que veáis lo que hacemos en clase. Espero que disfrutéis.
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