El curso ha llegado a su fin y todos estos niños nos han dado una gran lección. Han superado este curso tan incierto en un principio, con sobresaliente.
Ahora les toca descansar y pasar un verano inolvidable con la familia y los amigos.
El último día de clase fue muy divertido. Desde primera hora, después de pasar por el baño, salimos al patio de los mayores a hacer una serie de actividades a modo de gincana.
El primer juego fue una actividad de magia. Salieron Micaela y Julia en dos momentos de la actuación.
El segundo juego fue dividirnos en dos grupos y pasarnos un balón de uno a otro sin mirar; también llevar un aro desde un extremo hasta el otro sin soltarnos de manos. Era un poquito difícil pues debíamos pasar todo nuestro cuerpo a través del aro.
Después cambiamos de juego. Nos tuvimos que sentar hasta que nos avisaran.Esta vez nos tocó jugar con los churros de piscina. Teníamos que doblarlos e intentar meter la pelota en la portería. Muy divertido.
El tercer juego consistía en no dejar caer los globos del paracaídas. Parecía más fácil pero se nos cayeron algunos.
Esta semana hemos vuelto a disfrutar con los bailes de María, la mamá de Lucía, que con muchas ganas nos hizo pasar una hora divertida.Traía un buen repertorio de canciones y los niños supieron seguirle los pasos en cada una de ellas.
Nos juntamos los seis cursos de Infantil separados por vallas, cada uno con su tutora. Y el resultado estuvo genial.
Una a una, me refiero a las tutoras, fuimos subiendo al lado de María para bailar con ella. Nos colocó un tutú de colores y a bailar. Muy divertido. No os puedo poner foto porque a nadie se le ocurrió hacerla.
El año que viene otra vez, repetimos.
Hace unos días nos tumbamos en el patio para formar con nuestro cuerpo algunas letras del abecedario.
Mirad qué bonitas quedaron.
¿Sabéis cuál es cada una? A adivinarlo.
Julia estaba contentísima y no hacía más que decirme que dónde estaba su corona. Mirad qué guapa está.
Cantamos y bailamos al son de la música.
Esta mañana nos hemos enterado de que a Liam se le había caído un diente de camino al cole. Madre mía, qué mayores. Otros años comienzan en la clase de 5 años pero este curso hemos celebrado ya uno.
Mirad qué guapo y sonriente está sin su dientecillo. Ahora solo nos falta saber qué le ha traído el ratoncito Pérez.
