El viernes vivimos un día muy especial para todos nosotros:
Nuestra Graduación.
Llegamos por la mañana, muy guapos todos de vaquero y blanco, y despedimos a los papás hasta un poquito más tarde. Ya en la clase recordamos algunas cosas que debíamos tener en cuenta, también quien necesitó ir al baño lo hizo y por último, nos arreglamos para bajar al gimnasio.
Cuando llegamos nos estaban esperando los padres y abuelos, tíos y amigos con mucha expectación. Todos con cámaras de video y fotos y, aplaudiendo enérgicamente, y con una música preciosa.
Nos colocamos en el escenario, cada uno en el lugar que le correspondía, y abrimos el telón.
El Director dijo unas palabras y dimos comienzo a la fiesta de graduación.
Primero recitaron un poema que les salió fenomenal seguido de una música al son de Bienvenidos, de Miguel Ríos pero con letra acorde al momento.
A continuación, cantaron La chica yeyé de Concha Velasco, modificando también la letra.
Después otra poesía recitada por grupos y la entrega de diplomas, aunque antes las tutoras les dedicamos unas palabras.
Terminaron cantando el Gaudeamus Infantil. Todo fue muy emotivo a la vez que alegre.
¡Ya somos mayores!
Para finalizar la fiesta, subimos todos a la clase, niños y familiares, e hicimos entrega de una orla muy original, de los trabajos de los niños y de las notas de cada uno.
También, por parte de los padres, se les hizo entrega de un cuento y de Burro, el amigo de Suso.
¡Qué contentos y qué alegría al verlo!
Y después me tocó a mí. Me fueron entregando unos regalos, que me emocionaron tanto, que no fui capaz de leer una dedicatoria.
Fue un día lleno de emociones, de alegrías y de lágrimas. Un día que no olvidaremos nunca porque tanto niños, como padres, como yo misma llevamos el mismo tiempo en el cole. Yo al menos, no les olvidaré porque son mi primera promoción.
Quiero daros las gracias a todos los padres y abuelos, yayas y tías por todo. Han sido tres años maravillosos y un placer haber sido la profe de vuestros niños.