Esta es una pregunta que me hacen muchos niños cuando terminan una actividad de Letrilandia o del método. Al principio les decía que fueran a un rincón a jugar pero lo hemos cambiado por algo que nos gusta más.
Preparé unos depresores linguales, escribí aquello que podrían realizar y los metí en un vaso. Cuando ellos terminan la tarea, se acercan y cogen uno. Así ya saben qué tienen que hacer.
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